Rango Precio/pers.: 15-25€
Atención: 3
Servicio: 3
Comida: 6.5
Cantidad: 6.5
Precio: 5
NOTA: 4,8
Hoy visitamos al "recien llegado a la ciudad": El Ciclón. Este restaurante, joven y moderno, abrió sus puertas hace pocos meses en el Pasaje del Ciclón, un pasaje del siglo XIX que se ubica a escasos metros de la Plaza del Pilar, junto a la C/ Alfonso. Este pasaje a pesar de su ubicación extraordinaria ha pasado muchos años bastante desolado y mal aprovechado (a mi entender), pero que poco a poco parece renacer: El Ciclón, terraza de El Real, El Botánico, la heladiría Dino, otra pequeña tetería,... parece que le van dadno color y sobre todo vida a este pasaje.
El Restaurante El Ciclón es un local bastante amplio de decoración moderna y estética industrial, con las paredes enladrilladas, grandes espacios, las sillas no van a juego, etc. y por supuesto, con los recurridos toques vintage. Al entrar nos encontraremos con la barra en frente, en la que preside el gran letrero con el nombre del local, para asegurarnos de que no nos hemos equivocado de sitio; a la izquierda un par de mesas y a la derecha unas cuantas más, desde donde se abre un pasillito que da al otro comedor, en el que se ubican la mayoría de las mesas.
La verdad que siempre que habiamos pasado por delante estaba lleno de gente, aparentaba buen ambiente y prometía buena comida, pero no es oro todo lo que reluce. El día que fuimos no teniamos intención de comer como tal, salimos a tapear, algo muy común en Zaragoza, sobre todo por el centro, y aqui vino nuestra primera sorpresa: el lugar no invita al tapeo, no está preparado ni pensado para ello, te das cuenta enseguida: la barra es muy "fria" y no invita a quedarte, además apenas hay tapas sobre ella o anunciadas en alguna pizarra o carta. Yo siempre he sido "de barra" pero visto lo visto decidimos que lo mejor sería sentarse, y vino la 2ª sorpresa: en el primer comedor el local no llegaba a la mitad de ocupación ni de cerca, y en la zona de la barra apenas habia dos mesas ocupadas por lo que comunicamos a un camarero (que corría mucho de un lado para otro ¿?) nuestra intención de sentarnos; nos preguntó si ibamos a comer, a lo que le respondimos: "no, solo a tomar algo, alguna tapilla", torció el morro, giro la cabeza más allá de sus posibilidades a un lado y otro, como si buscase un sitio (¿? estaba todo vacío) y finalmente dijo: "bueno...poneros en esa..." señalando una mesa en la lejania, tras lo que siguió con su carrera particular sin prestarnos mucha más atención.
La atención del personal deja bastante (mucho) que desear: van como pollos sin cabeza, mal organizados, poco amables y nada detallistas. Si yo fuera dueño de un bar/restaurante por nada del mundo permitiría que los camareros me arruinen el negocio en el que he invertido mi dinero (y del que su devenir depende su sueldo). Se limitan a oir lo que pides, tirartelo encima de la mesa y a seguir su camino (hacia ninguna parte). A la hora de pedir otra cerveza, asi como pedir la cuenta, y que cobren y traigan las vueltas, a los camareros hay que cazarlos con lazo.
Ya en el tema gastronómico:
Pastel de foie, queso de cabra y manzana |
Migas con uva |
Y por fin la cuenta: 2,30€ la caña...carete no? pero lo realmente caro es el tinto de verano: nos cobraron por un lado el vino y por otro la fanta! (ahi lo veis, no hay trampa ni cartón) no se sabe si reir o llorar. Diseccionemos las dudas que me rondan: si hubieramos pedido una caña con limón también nos habría cobrado el limón a parte?; si nos iba a a cobrar la fanta de limón, por qué no nos trajo la botella entera? si solo usó un poco... ; en el tinto de verano "de toda la vida" (según el camarero) también cobran la gaseosa?; pedimos un cariñena y el tinto de verano, y los vinos valen lo mismo: usó un cariñena para hacer el tinto de verano? Ó_Ó en definitiva: de traca!
Lo cierto es que fuimos con la idea de una primera toma de contacto para posteriormente acudir otro día a comer/cenar, pero la experiencia no fue muy de nuestro agrado, por lo que dejaremos pasar un tiempo para darles una segunda oportunidad, que siempre merecemos todos; quiero pensar que son las discordinaciones del estreno, aunque viendo por internet el curriculum de los creadores del restaurante me sorprende aun mucho más lo que vivimos, y aunque bien es cierto que el despropósito vino más de Sala que de Cocina, lo cierto es que cuando el servicio es malo parece que la comida sabe peor.
Solo espero que, como en todos los casos del blog, los dueños lean, asimilen y actuen en consecuencia en las críticas que se puedan hacer. Los clientes somos los primeros interesados en que un restaurante funcione bien.
Plaza del Pilar nº 10, local nº 5 976 093 798
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